Fausto Pacheco es uno de los pintores más relevantes de la Generación del 30 (1930). Es reconocido principalmente por sus acuarelas del paisajismo costarricense, y se considera que llegó hasta convertirlo en un símbolo de identidad nacional. La mayoría de sus pinturas captan el paisaje de su natal Heredia y del Valle Central de Costa Rica, plasmando la temática de la naturaleza y la casa de adobe. Su obra se caracteriza por su brillante luminosidad y su color es rico y variado, siempre resaltando lo autóctono de la época. Nunca presenta personas, pero sí objetos que invocan la presencia de ellas. Uno de sus maestros fue Ezequiel Jiménez Rojas, considerado el padre del paisajismo nacional y a temprana edad fue profesor de dibujo en la Escuela Normal de Costa Rica, y posteriormente de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica y la Casa del Artista.